Llego tarde a una comida, salgo corriendo de casa, me fijo y no tengo plata, paro en un cajero, tomo un taxi, le indico la dirección, el lugar es lejos, el taxista empieza a hablar mientras yo sigo contando los minutos porque llego tarde, hay muchos autos y un promedio de 3 minutos de espera cada cinco cuadras, y el lugar que es lejos, me pregunta si tengo novio-marido-amante, pienso que los taxistas siempre hacen las mismas preguntas y antes de responderle sobre mí le pregunto sobre él, dice que tiene todo eso junto y que la amante y toda su familia saben que él está casado pero a nadie le importa mucho, él va a todos los acontecimientos sociales de su mujer y de su amante, son dos mundos que no se juntan y no, no se siente mal, no le da culpa ni nada, las dos le dan mucho a él, su mujer de años lo banca a morir y la otra casi lo mata cada dos por tres, la de años ya no se arregla, anda de batón de acá para allá, pero, dice el taxista, tiene una cualidad en extinción: “Es incondicional. Si yo mañana, por ejemplo, me tengo que ir a la guerra por un año, cuando vuelva ella va a estar esperándome”.
martes, 2 de marzo de 2010
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5 comentarios:
Alguien alguna vez tendría que escribir un libro con las historias amorosas/sexuales de los taxistas. Debería ser una mujer, porque siempre les cuentan esas historias de esposas, novias, amantes o lo que sea, imagino que con la intención de levantarse a alguna desprevenida. Creo que sos la indicada.
De acuerdo con el comentario anterior. Igual..alguien sabe cual es el tramite para conseguir una licencia?
Diego: ¡Qué alegría que al fin te leo acá! Quería guerra el hombre, ¿no? Y sí: alguien tendría que escribir eso... (me quedo pensando)
Pilarica: jajaj ¿dentro de poco seremos varios Mambrús al volante?
Qué raaaaaaaaaaro: un tachero que relata alegremente sus vidas paralelas. Me acuerdo siempre de una vez que en Tucumán uno me pregunto: "¿qué edad tenés vos, chango?". "22", le contesté, y me respondió: "¡pfff! Qué lindo... ¿sabés la cantidad de bombachas que bajaba yo a esa edad? Un beso.
Juanjo: jaja Demasiado obvia la alusión ¿no? Acá todos queremos ser taxistas de tan ganadores que son (hoy mismo uno me dijo que los hombres eran todos putos porque yo estoy solterita, ja)... ¿Será esa una diferencia que puedas sumar a la lista de diferencias con Madrid? Me maté de risa con tu post. ¿Cómo sigue todo? besos
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