lunes, 31 de mayo de 2010

Volverse a ir

Regresaba
-¿Era yo el que regresaba?-
en la angustia vaga
de sentirme solo entre las cosas últimas y secretas.
De pronto sentí el río en mí,
corría en mí
con sus orillas trémulas de señas,
con sus hondos reflejos apenas estrellados.
Corría el río en mí con sus ramajes.
Era yo un río en el anochecer,
y suspiraban en mí los árboles, y el sendero y las hierbas se apagaban en mí.
¡Me atravesaba un río, me atravesaba un río!

Juan L. Ortiz


Y de yapa, Fandermole:

jueves, 6 de mayo de 2010

Forte se hizo fuerte

El martes los diputados de la Nación dieron media sanción a una reforma en el Código Civil, para que puedan casarse parejas del mismo sexo. La sesión duró todas las horas que caben en 204 hojas de vesión taquigráfica.
Si tuviera que dar un premio a la mejor, más sincera u honesta de las intervenciones, se lo daría a Ulises "Chito" Forte. El ex vice presidente de Federación Agraria que cuando llegó al Congreso en diciembre con su camisa arremangada y abrochada alrededor de un diámetro todavía más largo que la sesión del martes 4, me dijo que iba a estar "como Maradona en conferencia de prensa".
Este campechano que creció en una chacra, simpático, que larga un chiste cada dos minutos y siempre tiene la frase que facilita el título, dijo esto antes de votar a favor:


"Indudablemente se introducen demasiadas dudas,
pero no podemos
involucrar a la sociedad argentina en un falso debate.
Pareciera que hay que ser progresista para decir que sí
y conservador para decir que no.
También se plantea un falso debate cuando se sostiene que
hay argumentos válidos en los dos lados.
El problema se da cuando se fundamenta y se va a los extremos.
No se puede aceptar algunos actores –mínimos por suerte‑
que porque tienen diferencias sexuales
creen que tienen demasiados derechos y pocas obligaciones.
Del otro lado también están los que bajo falsas hipocresías
son los grandes militantes del no y resulta que después
los sábados y los viernes son los principales clientes en los bosques de Palermo.
Eso hay que decirlo:
las falsas hipocresías también existen.
Por eso, y a pesar de que habría mucho más por decir,
quiero terminar señalando que
me hace mucho ruido y me genera dudas el tema de los pibes.
El tema de la adopción me genera muchas dudas y me da ciertas inseguridades.
Quizás algunas inseguridades y dudas se fueron disipando
pero queda un ruidito en mi conciencia.
Le puedo garantizar que el día de mañana
me voy a poder arrodillar en la tumba de mis viejos
y mirar a mis hijos de frente a los ojos
y sin duda podré decir que aposté
por la igualdad y la integración
y que jamás me lo perdonaría si dijera que voté por la discriminación.
Por lo tanto, mi voto es positivo".

lunes, 3 de mayo de 2010

Chiquito, Carlitos y Diego

"La pregunta es sólo eso, una pregunta. Pero llega como la cuchillada de un foráneo que se permite dudar de una verdad irrefutable en esta ciudad. En la costanera santafesina, sobre avenida Almirante Brown, hay un monumento inmenso al hijo pródigo: Carlos Monzón. Al pasar por el lugar, que tiene una placa en homenaje "Al deportista del siglo", el periodista se permite dudar. El taxista tiene las manos maltrechas por los años y una edad que oscila entre los 60 y los 150 años. "Maestro, ¿fue el mejor de todos los tiempos o hubo alguno que estuvo cerca?", me pregunta. "No sé, pienso en Horacio Accavallo o en Pascual Pérez, que también fueron muy buenos y ganaron títulos mundiales", respondo. La mirada asesina llega por el espejo retrovisor y, por suerte, se ahoga en el Paraná. El hombre sigue calmo, como quien habla con un ignorante. "Claro, hijo. Fue el mejor de todos los tiempos. Era intocable. Nunca nadie le pegó en serio", retruca.

El viaje termina en El Quincho de Chiquito, un mítico restaurante especializado en pescados de río que está sobre la Costanera. "Preguntale a los mozos de ahí, a ver qué dicen", desafía. Entrar a ese lugar es meterse no sólo en la vida de Monzón, sino también de Santa Fe y de la Argentina del último siglo...".

Diego Jemio fue a Santa Fe a cubrir el partido en que Atlético dejó afuera de la Sudamericana a Colón para La Gaceta de Tucumán. Con la nota "Carlitos, el intocable", este tucumano que hace tiempo se instaló en Capital vino a levantar la moral de los oriundos de Tucson ante esta santafesina. Y se ganó un título a la par de dos intocables.
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